Aquel 8 de mayo de 2018, 17 personas de la ciudad de Bikoro encendieron las alarmas sanitarias en la República Democrática del Congo. Se habían contagiado de ébola, enfermedad altamente transmisible por la sangre o los fluidos corporales (saliva, semen, etc) que es producida por un virus de origen animal y que ataca con fiebres, dolores musculares y hemorragias letales por todo el cuerpo.
Este mal que suele matar al 90% de los infectados en un promedio de 21 días, había nacido en esta región en 1976, cuando aún el país se llamaba Zaire. Desde entonces sus esporádicos brotes suelen convertirse en epidemias regionales a lo largo del África Subsahariana. Poblaciones enteras de Guinea, Sierra Leona y Liberia fueron diezmadas en el 2014, en lo que fue el peor brote conocido hasta esa fecha con 11,300 muertos registrados.
En cuestión de semanas la enfermedad migró de Bikoro a Kivu del Norte, histórica región congoleña cargada de conflictos entre guerrilleros, mercenarios y traficantes con las fuerzas de Joseph Kabila, el tirano expresidente que en enero pasado dejó el poder luego de 18 años.
La guerra no es ajena a la desgracia. Desde su llegada, los voluntarios internacionales y los médicos locales han visto mellada su seguridad durante sus viajes en la región y ya hubo una baja de la OMS. Se trataba del Dr. Richard Mouzoko, médico epidemiológo camerunés que se encontraba reunido en la ciudad de Butembo con médicos y enfermeras locales cuando fueron atacados por rebeldes armados.
En Kivu del Norte donde miles de mujeres fueron y continúan siendo violadas sistemáticamente como método de guerra y donde las personas infectadas son reacias a los tratamientos, esta enfermedad ha burlado todos los esfuerzos de la OMS y de Médicos sin Fronteras. Cien mil vacunas se han proporcionado desde agosto pasado; sin embargo, solo en este último mes, las víctimas mortales han pasado de 630 a 970, según datos del Ministerio de Salud del Congo.
Lo que ha pasado en Kivu es solo una muestra de la desproporcionada problemática sanitaria en un país sumido en guerras políticas por años. El Banco Mundial ha hecho una donación de 80 millones de dólares al gobierno del nuevo Presidente Felix Tshisekedi con el llamado a que que no solo se trabaje en combatir la epidemia, sino en reformular las políticas de salud pública en un país donde solo 1 de cada 5 habitantes tiene acceso a centros de salud. Pero cómo se combate la enfermedad y cómo se apuesta por un mejor sistema de salud en territorio comanche. El décimo brote del ébola en el Congo es un reto global para diversos organismos internacionales que deben actuar en medio de múltiples amenazas y desidias.
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