Del lunes 20 al domingo 26 de febrero 2023
Especial: Aniversario de la guerra en Ucrania
Un país con 65,9 millones de dólares en gastos de defensa ataca a otro país con apenas 5,9 millones de presupuesto en ese rubro. Ocurrió el 24 de febrero de 2022, cuando el presidente ruso, Vladimir Putin anunció en televisión nacional el inicio de la "Operación militar especial" o lo que es lo mismo, pero sin filtro, la invasión a gran escala de Ucrania.
A diferencia de la guerra en los Balcanes, que prácticamente se desarrolló solo de manera local, la implicancia de Rusia en el conflicto hizo estallar las alarmas del mundo entero... y su economía. Era pues, la segunda conflagración más grande en la Europa de la posguerra.
Por el lado ruso se mostró un claro apoyo de países aliados a Moscú como Bielorrusia, Irán y Corea del Norte; China, en cambio, se mostró ambigua en varias ocasiones, en gran medida para observar el conflicto desde afuera en caso intente invadir Taiwán en el futuro y por querer brindar una imagen diplomática y conciliadora. Del otro lado, Ucrania contaba con el apoyo de casi 30 naciones, entre ellas potencias nucleares como Estados Unidos, Francia y Reino Unido. La ayuda militar norteamericana y de los aliados a Ucrania hizo que la balanza en torno de presupuesto militar terminara igualándose.
Pero el revés a las intenciones de Vladimir Putin no sólo vinieron de la ayuda multitudinaria a Ucrania, sino también de las sanciones que más de 40 países pusieron sobre los rusos. De hecho, solo horas después de iniciada la guerra, los líderes de la Unión Europea emitieron sus primeras sanciones al gigante euroasiático. Sería la primera de casi una decena de rondas de sanciones a lo largo del año, las primeras dirigidas a los militares y jerarcas rusos y luego destinadas a la infraestructura y servicios de ese país. Por primera vez los europeos le cerraron el espacio aéreo a los rusos. Algo sin precedentes en la historia moderna.
Luego vino el congelamiento de los activos rusos en el extranjero y la exclusión de siete entidades bancarias rusas del sistema SWIFT, el cual integra los servicios interbancarios a nivel internacional a través de un lenguaje común y el procesamiento de datos a escala global.
Rusia respondió cerrando el caño de su petróleo y gas y bloqueando la salida del grano ucraniano por el mar negro. Las consecuencias fueron una inflación mundial del 8,75%; aunque los europeos lograron sobrevivir sin el gas ruso y se ampararon en otros proveedores como Azerbaiyán, y en el caso de Estados Unidos, Venezuela, cuando el gobierno de Joe Biden autorizó a la petrolera Chevron a volver a operar en el país llanero.
Pero el factor humano también ha sido importante en el conflicto. Desde un inicio Vladimir Putin se apoyó en los mercenarios del grupo Wagner, famosos por las atrocidades cometidas en África y Siria, que se encuentran bajo el mando del empresario de catering (de ahí el apodo de "chef" de Putin), Yevgueni Prigozhin.
Pero no era suficiente, el gobierno de Putin decidió también liberar a presos de las cárceles rusas con la finalidad de enviarlos a la guerra a cambio de indultos. Según la ONG rusa "Entre rejas" fueron enviados al frente de batalla al menos 50 mil ex convictos. Así como ellos, muchos jóvenes rusos fueron llevados a la guerra básicamente como carne de cañón, algo recurrente en el diseño de la guerra en Rusia, teniendo en cuenta los testimonios recogidos por Svetlana Alexievich en su libro "Los muchachos del zinc", sobre la fallida invasión soviética a Afganistán.
A este número se debe sumar el apoyo brindado por la República rusa de Chechenia, cuyo presidente Ramzán Kadírov, es un fiel aliado de Moscú y le ha brindado personal militar a discreción.
Aún así, después de un año Rusia no ha logrado el objetivo esperado que visualizaba alcanzar en sólo semanas de combate. De hecho siempre tuvieron ventaja. Los ucranianos sólo contaban con 196 mil soldados mientras los rusos rozaban el millón de militares. Rusia no esperaba tanto apoyo internacional en Ucrania y pensó que podría invadir el país como en el 2014, sin tener reticencias.
La Organización de las Naciones Unidas estima que 18 mil civiles han muerto desde el inicio de la guerra. Un número que no es cerrado ni oficial y que puede ser mucho menor al real. Se cree también que Rusia ha perdido 180 mil militares en combate, una cifra extremadamente superior a las bajas de la invasión en Afganistán, donde las pérdidas militares fueron de 15 mil soldados.
En Mariupol, el puerto más castigado, alrededor de mil civiles se refugiaron en el complejo industrial de Azovstal, localizada frente al mar de Azov. Los rusos llegaron a bombardear día y noche esta planta de hierro y acero que antes de la guerra llegó a emplear a diez mil personas. Decenas de personas murieron al no poder escapar del asedio.
La guerra se hizo más dura conforme la proximidad al este de Ucrania, ocupado desde el 2014 por fuerzas prorrusas. Por ejemplo, Marinka, una ciudad cercana al Donetsk, tenía antes de la guerra más de nueve mil habitantes. Hoy no queda nadie, es una ciudad fantasma en medio de los combates.
La crisis de los refugiados fue otro reto para Europa. Desde el inicio de la guerra, ocho millones de ucranianos han salido de su país buscando asilo en 40 países, la mayoría próximos a Ucrania como Polonia, Estonia, Moldavia y la República Checa.
Al cumplirse un año de la conflagración, el presidente que inició todo, Vladimir Putin ha señalado respecto al gobierno ucraniano que "La responsabilidad de alimentar el conflicto ucraniano, de su escalada, del número de víctimas recae completamente en las élites occidentales y, por supuesto, en el actual régimen de Kiev, para quien el pueblo ucraniano es esencialmente un extraño. El actual régimen ucraniano no está sirviendo sus intereses nacionales, sino los de terceros países".
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, el mayor aliado de Ucrania, ha recordado que "Los autócratas solo entienden una palabra: '"No". No tomaran mi país. No, me quitaran la libertad. No, me quitaran el futuro. La brutalidad nunca aplastará la voluntad de los seres libres. Y Ucrania nunca será una victoria para Rusia".
Italia, bajo la administración de Georgia Meloni, se ha vuelto otra aliada del gobierno de Ucrania. Durante la semana del aniversario de la guerra visitó Kiev y se reunió con el presidente Zelenski. Ahí recordó que lo que pasa en Ucrania en otro momento histórico le pasó a Italia, Estado al que mucho le negaron reconocimiento en sus inicios.
Tanto Italia como Francia son grandes aliados de Ucrania en Europa central. De hecho han prometido enviar la próxima primavera el nuevo sistema de defensa aérea francoitaliano SAMP/T, también conocido como MAMBA, el cual detecta objetivos a decenas de km de distancia y sus misiles tienen un alcance de 100 km.
Por su parte, Alemania también ha mostrado su apoyo unánime a Ucrania al cumplirse un año del conflicto. El canciller alemán, Olaf Scholz, declaró durante una reunión del G7 que: "Por desgracia, incluso después de un año de guerra y derramamiento de sangre, no veo ningún esfuerzo por parte de Rusia para poner fin a esta guerra criminal. Por el contrario, (el presidente ruso Vladimir) Putin sigue manteniendo un comportamiento irresponsable en materia nuclear y ahora está poniendo en entredicho el último tratado de desarme sobre armamento nuclear estratégico, el tratado con Estados Unidos."
La manera más rápida de finalizar una guerra es perderla.
George Orwell
Periferia Noticias
Febrero 2023
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