Ha muerto Ismail Kadaré, el mayor representante de la cultura albanesa.
En 1908 nacía, en la ciudad de Gjirokäster, uno de los mayores tiranos de la historia europea: el comunista Enver Hoxha, que hizo de Albania un feudo cerrado al mundo durante décadas. 28 años después, en 1936, en la misma montañosa ciudad nacería el hombre que contaría al mundo, a través de narraciones fabulescas, como era la vida en la Albania de la guerra fría. Era Ismail Kadaré.
Kadaré pasó su infancia y juventud viendo como su país era invadido por la Italia de Mussolini, la Grecia de Ioannis Metaxás y la Alemania nazi para finalmente caer en las garras del comunismo más doctrinario.
Como la mayoría de los albaneses provenía de una familia musulmana laica. Tomando el ejemplo de sus tíos y su abuelo que eran ávidos lectores, se decidió por estudiar literatura en la Universidad de Tirana. Ahí empezó a escribir poemas influenciado por el célebre Lasgush Poradeci, poeta nacional albanés.
En 1959 gana un premio por sus poemas y con ello logra viajar a Moscú a estudiar en el Instituto Gorki. Solo estuvo dos años en ese centro debido a que en 1961 la Unión Soviética rompería relaciones con Albania y Kadaré tuvo que regresar a su enclaustrado país.
Es en esa etapa que logra escribir sus dos primeras novelas. "La ciudad sin anuncios" de 1959 y "El general del ejército muerto", en 1963, la novela que lo hizo conocido en la distante Francia.
La obra fue traducida al francés llegando con ello la internacionalización del joven Kadaré. Tal fue el éxito que en 1983 el propio Marcello Mastroianni protagonizó un filme basado en esta novela.
Para un país que vivía cerrado al mundo debido a la dictadura de Enver Hoxha, este suceso lo puso en la mira de las autoridades. A pesar de ello, Kadaré logró sortear la censura, trabajó como periodista e incluso participó en política llegando a ser miembro del Parlamento del Pueblo entre 1970 y 1982.
Y es que Kadaré se convirtió en el cable a tierra de muchos albaneses. Gracias a él podían saber lo que pasaba más allá de sus fronteras. El autor fue muy crítico del comunismo soviético tras el caso de Boris Pasternak, escritor perseguido por el régimen debido a su éxito, y lo plasmó en su obra "El ocaso de los dioses de la estepa" de 1978. También criticó a China luego que Albania rompiera relaciones con el partido comunista chino. Su postura se puede apreciar en "El concierto" obra de 1988.
A nivel interno, Kadaré se cuidaba mucho de elevar criticas airadas. Para ello usó la historia y el folklore albanés y por medio de paralelismos denunciaba lo absurdo de un sistema totalitario. Es con "El palacio de los sueños" de 1981, su novela más exitosa, que la dictadura empieza a cuestionar su trabajo. La novela con tintes orwelianos no estaba desarrollada en la Albania contemporánea sino en la época otomana, pero hacia alusión a la represión de un gobierno que lo controlaba todo, incluso los sueños de sus ciudadanos.
En 1982, durante una reunión de la Unión de Escritores de Albania, Ramiz Alia, quien llegaría al poder 3 años después a la muerte de Hoxha, increpó airadamente a Kadaré por la publicación de su obra. "El pueblo y el Partido te han elevado al Olimpo, pero si no les eres fiel, te arrojarán al abismo”, le advirtió, entonces.
Caído el régimen, Kadaré se fue a vivir a Francia en 1990, país en el que recibiría decenas de premios académicos. En 1996 fue elegido miembro de la Academia de las Ciencias Morales y Políticas de París, ocupando el sillón que dejó otro gran luchador contra los totalitarismos, el austriaco Karl Popper.
En el 2005 recibió el Premio Booker Internacional y 4 años después el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. En el 2015 se convirtió en el primer escritor musulmán en recibir el Premio de Literatura de Jerusalén, en Israel.
Se dice que ha sido nominado hasta 15 veces al Premio Nobel de Literatura.
La obra de Kadaré es muy conocida España gracias a Ramón Sánchez Lizarralde y María Roces, traductores de sus novelas al español, abriendo así un mercado mucho mas grande para difundir su trabajo, incluso fuera de las fronteras europeas.
Durante la guerra de los Balcanes, Kadaré se posicionó a favor de la intervención de la OTAN para detener la agresión serbia en Kosovo.
El escritor más reconocido de Albania, eterno candidato al Premio Nobel, murió a los 88 años en Tirana, la capital de su país. El gobierno ha decretado dos días de duelo nacional en su honor. La vecina Kosovo, de mayoría albanesa, también decretó un día de duelo nacional.
El primer ministro albanés, Edi Rama, calificó a Kadaré como “El mayor monumento de la cultura albanesa”.
Miguel Angel Curo
Periferia Internacional
@2024
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